Compartimentación

Qué es, tipos, aplicaciones.

El término «compartimento» se define en el Código Terrestre como:  «una subpoblación animal mantenida en una o varias explotaciones bajo un mismo sistema de  gestión de la bioseguridad y con un estatus sanitario particular respecto de una enfermedad  determinada o enfermedades determinadas contra la o las que se han aplicado las medidas de  vigilancia, control y bioseguridad requeridas para el comercio internacional.

La compartimentación es una subpoblación animal mantenida en una o varias explotaciones bajo un mismo sistema de gestión de la bioseguridad y con un estatus sanitario particular respecto de una enfermedad determinada o enfermedades determinadas.

En las década de los 80, la ganadería intensiva comenzó a expandirse en los países en vías de desarrollo, un ejemplo es el caso de Chile, un país que su actual participación en el comercio mundial se debe, en gran medida, a una estrategia de desarrollo nacional, a los acuerdos comerciales con otros países y por sobre todo a una excelente lectura por parte de las industrias de cómo interpretar las señales de la globalización del comercio mundial.

En este contexto, hace muy pocos días ya ingresó al congreso chileno el Trans-Pacific Partnership (TPP), un acuerdo multilateral de 12 países que contemplan 800 millones de personas y el 40% del PIB mundial. Los países latinoamericanos que participan en este acuerdo son Chile, Perú y México.

Este tipo de iniciativas abren nuevos mercados, en el cual es necesario diseñar y colocar productos pecuarios de calidad y de excelencia sanitaria. Bajo este creciente y globalizado mundo comercial, emergen cada día amenazas sanitarias que pueden generar un gran impacto en la economía de un país.

Seguramente algunos recuerdan perfectamente los problemas que ocurrieron a inicios la década del 2000 con el brote de encefalopatía espongiforme bovina, o los brotes de influenza aviar en Asia, que posteriormente se propagaron por Europa y Norteamérica.

Las amenazas sanitarias no sólo ocasionan un problema de salud pública o de flujos comerciales, sino también importantes inversiones de infraestructura, desarrollo de productos e innovación.

Las políticas económicas a nivel mundial tuvieron que reformarse y aplicar estrategias que mitiguen los riesgos asociados a estas amenazas. De esta forma, las industrias de cada uno de los países interesados comienzan en el desarrollo y aplicación de programas de bioseguridad en los sistemas productivos pecuarios, de esa forma generan una estrategia que aporta gran valor y proyección para sustentabilidad de los mercados.

En ganadería, en 2014 se estableció en Europa el control de movimientos y la regionalización, clasificando los territorios en cuatro partes (2014/178/EU), lo que se vio reforzado por SANCO/7112/2015 en base a la definición de los territorios por tamaños, divisiones administrativas, barreras naturales y artificiales.

La globalización de la economía ha supuesto el incremento en la integración de las economías con menor desarrollo económico, con las diferencias bien conocidas entre regiones, de tal forma que la Organización Mundial del Comercio (WTO) ha creado nuevas normas que afectan a todos los países de una forma u otra, estando estas conectadas en cuanto a problemas sanitarios con la Organización Mundial de la Salud (WHO) y la OIE.

En el caso del porcino esto se refleja en el artículo 15.1.14 en cuanto a la compartimentación de zonas libres de PPA. Añadido a la misma tenemos la rigurosa normativa EC Directiva 2002/60/EC/517 que regula tanto el movimiento de animales domésticos, jabalíes y transporte a mataderos, con dicha regionalización que conlleva sus zonas de protección y de supervivencia.

La única opción realista para mantener la exportación de animales vivos y productos cárnicos es la regionalización o compartimentación. La regionalización es una separación geográfica donde la zona libre debe estar clara y delimitada efectivamente por barrearas naturales, artificiales o legales que bien se contempla tanto en Europa como en USA.

Un compartimento se define esencialmente por métodos de gestión y explotación relacionados con la  bioseguridad, mientras que una zona se define esencialmente en función de criterios geográficos.

Sin embargo, en la práctica, tanto los aspectos geográficos como una buena gestión y planes de  bioseguridad son importantes para aplicar tanto la zonificación como la compartimentación.

Las recomendaciones de la OIE sobre la compartimentación no pueden aplicarse en todas las  situaciones. La aplicación eficaz de este concepto depende de diversos factores, incluyendo la  epidemiología de las enfermedades de interés, así como factores relacionados con el país, el medioambiente, las medidas de bioseguridad exigidas, el estatus sanitario de los animales en las áreas adyacentes al compartimiento, la vigilancia y la relación entre los sectores público y privado.

Hasta el momento, la compartimentación ha sido aplicada principalmente en sistemas de cultivo intensivo integrados verticalmente, es decir, la producción de pollos y cerdos. El concepto también es  relevante para la acuicultura: en Indonesia, se ha establecido un compartimento libre de enfermedad  para la producción de camarones y en Chile y Canadá, se están estableciendo para el salmón de piscifactoría.

La compartimentalización es un nuevo concepto establecido en los sistemas de bioseguridad que tienen distintas subpoblaciones de animales con distintos estados de salud con respecto a una patología específica y que como en EEUU nos permitiría en Europa mantener los canales de abastecimiento de productos cárnicos a los países que los precisen.

Para ello, la profesionalización, transparencia y certificación de los sistemas productivos entre productores-proveedores y socios industriales importadores, asociado a las relaciones íntimas entre las empresas privadas y los organismos oficiales de sanidad tanto regionales como estatales son esenciales.

En dicho caso, tomemos la compartimentación como otra de las soluciones a nivel sanitario. Ya la Edad Media se caracterizaba por una rígida compartimentación social. Claro que sin nos vamos al diccionario de la RAE no nos saca de dudas, ya que lo define como la acción y efecto de compartimentar.

Si decimos que es aquello de dividir algo en elementos más pequeños quizás quede más claro, o más aún si nos referimos a una normativa nacional que regula la compartimentación de los edificios y el comportamiento ante el fuego de los elementos constructivos y materiales (Normativa básica de edificación NBE-CPI/91). Si el fuego es el virus y los materiales las personas o los animales, quizás la compartimentación no sea una cuestión baladí.

Históricamente, la condición sanitaría de un país estaba determinada por si era libre o positivo a una enfermedad determinada y sus fronteras geográficas eran los limites epidemiológicos, hoy en día, esto pierde importancia, pues cada vez más las personas y mercancías entran o salen de los países, por lo que ha surgido la necesidad de implementar medidas sanitarias para la protección de la sanidad animal y pública.

compartimento

Compartimentación vs zonificación

En este contexto, en el año 2006, se agregó al Código Sanitario de los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), nuevas alternativas para el comercio internacional de productos pecuarios, proponiéndose dos herramientas: la zonificación y la compartimentación. Con ellas se busca equilibrar a un nivel adecuado de protección a las poblaciones humana y animal, con la expansión del comercio internacional.

La zonificación es un procedimiento que utiliza una nación para definir dentro de su territorio la condición sanitaria para una enfermedad determinada y que es delimitada por el estatus sanitario de las subpoblaciones de animales que la conforman, mientras que la compartimentación es una subpoblación animal mantenida en una o varias explotaciones bajo un mismo sistema de gestión de la bioseguridad y con un estatus sanitario particular respecto de una enfermedad determinada o enfermedades determinadas contra la o las que se han aplicado las medidas de vigilancia, control y bioseguridad requeridas para el comercio internacional, todas ellas gestionadas por la autoridad veterinaria oficial del país.

De esta forma, un compartimento puede estar conformado por una o más unidades productoras que tienen una gestión común o bien, se puede definir sobre la base de factores específicos de una enfermedad, por ejemplo, brucelosis, tuberculosis o encefalopatía espongiforme bovina.

Respecto de la separación epidemiológica, se deben identificar los factores de riesgo para la introducción y transmisión de enfermedades e infecciones, a partir de los cuales se define un plan de bioseguridad que evite las potenciales entradas o difusión de enfermedades e infecciones en el compartimento.

Este debe tener tres componentes:

  • Procedimientos operacionales estándar que permitan reducir la exposición de la población animal a infecciones.

  • Procedimientos de verificación.

  • Procedimientos de entrenamiento del personal.

Otros factores que se requiere considerar en la separación epidemiológica de un compartimento son los físicos y espaciales, los que se relacionan con las enfermedades que se pueden encontrar en la vecindad de un compartimento, como también con el tipo o condición de manejo que tienen los establecimientos cercanos. Especial consideración se debe dar al control de los factores ambientales.

Un tercer elemento que se debe considerar en una separación epidemiológica, se refiere a la identificación animal y el control de movimiento, donde la trazabilidad individual o de un grupo o lote es un componente importante, que deberá ser adecuado a la especie que se está considerando.

Las acciones de supervisión y control son otro factor que se debe incluir en el reconocimiento; éstas están a cargo de la autoridad sanitaria competente, es decir, del servicio veterinario oficial.

Muy pocos países han podido implementar la compartimentación en sus áreas geográficas, los factores de vital importancia que han dado éxito en sus programas ha sido la verticalidad de las industrias pecuarias y el gran trabajo conjunto entre el sector privado y el organismo oficial veterinario.

Aplicaciones de la compartimentación

Experiencia con la compartimentación en el sector avícola: Basándose en el enfoque de la OIE, en 2009 la Unión Europea adoptó una Decisión sobre la  compartimentación en aves de corral, que era coherente con la Estrategia de Salud Animal para la  Unión Europea (2007-2013).

Experiencia con la compartimentación en el ganado ovino: La reciente creación en Uruguay de un compartimento ovino constituye un desarrollo interesante. El fundamento legal es la Resolución DGSG 82/014. El compartimiento es resultado de la asociación  compartimiento de una asociación público–privado entre el Ministerio de Ganadería, Agricultura y  Pesca y el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).

Experiencia con la compartimentación en animales acuáticos: Si bien la compartimentación puede aplicarse a los establecimientos de acuicultura, son pocos los  ejemplos de su implementación hasta el momento. En 2013, el Delegado de Indonesia notificó a la OIE la creación de un compartimento libre de nueve patógenos de los camarones peneidos, inscritos en  las listas de la OIE o de importancia regional.

Centros de reproducción artificial: Los animales de un centro de reproducción artificial forman una subpoblación de excelente estado sanitario. Son sometidos frecuentemente a una serie de pruebas de enfermedades y permanecen en instalaciones biológicamente seguras y bajo supervisión veterinaria.

La compartimentación podría ser  utilizada para facilitar la exportación de material genético de una población libre de enfermedad de un  centro de reproducción artificial en países que no son libres de las enfermedades y no tienen zonas libres de las enfermedades inscritas en las listas de la OIE.

Subpoblación de caballos de excelente estado sanitario: En mayo de 2014, la OIE adoptó el capítulo 4.16., que proporciona recomendaciones para el  establecimiento de una subpoblación de caballos de excelente estado sanitario certificado por la  Autoridad Veterinaria y que se desplazan en la esfera internacional para participar en competiciones ecuestres.

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